Para transmitir valores a nuestros hijos es mucho más valioso el ejemplo, que lo que podamos enseñar con palabras. Podemos dar un discurso maravilloso acerca de los valores, pero si luego tratamos mal a la persona con la que nos cruzamos, estos no se transmiten.
Además, los padres deben tener en cuenta que los valores no se transmiten una vez, sino a lo largo de toda la vida. Es importante, por ejemplo, que al menos una vez al día, se comparta algo en familia. Todas esas acciones cotidianas son observadas por el niño y tienen influencia en él.
También es importante que los padres estén atentos a la subcultura de cada edad, a los juegos característicos, para detectar qué transmiten estos y encontrar el momento oportuno para introducir ciertos conceptos de valores.
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